“LOS DIRIGENTES NO CUENTAN
CON UN PLAN, NI UN PROYECTO”
CON UN PLAN, NI UN PROYECTO”
El ex director técnico de Temperley, Adrián Adrover, quien fuera despedido el pasado fin de semana de su cargo por el presidente Mauro Morrone, se refirió a las razones de su salida, además de señalar que la dirigencia carece de experiencia y de un plan idóneo, y que la relación con la mayoría del plantel fue óptima.

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-¿Cómo analizas tu salida de la dirección técnica?
-Fue producto del estado de anarquía que hoy impera en el club. Los dirigentes creyeron que tanto Ricardo Rezza (N.d.R.: cumplía funciones de manager) como yo íbamos a hacer magia para sacar a Temperley de esta situación. Sucedió lo mismo con Tanucci y con Duró. No cuentan con un plan, ni un proyecto, y sí existe mucha improvisación. Si un ciclo de derrotas se prolonga durante un año es debido a que suceden cosas graves. Es complicado zafar de la situación si persiste el problema. Probablemente, sea una cuestión de falta de experiencia de los que están a cargo de la institución.
-¿Qué te plantearon los dirigentes?
-Me dijeron que no se habían cumplido los objetivos. Es paradójico, porque ya teníamos un conocimiento pleno del plantel y no era momento para cambiar de timón. Sabíamos en las posiciones donde podíamos utilizar a cada jugador. Considero que es un error echar a un técnico cuando el torneo entra en receso, porque de esa manera se le coloca una mochila gigante al futuro entrenador para que resuelva todo en 20 partidos. Estoy convencido que la situación iba a mejorar. Igualmente, de esta dirigencia no me sorprende nada.
-Hubo rumores respecto a roces en la relación con el plantel, ¿qué podes decir respecto a eso?
-Como sucede en la convivencia de cualquier grupo humano, es imposible ser amigo de todos los componentes del plantel. Desde el mismo momento que llegamos intentamos trasladarles algunos conceptos nuevos, lo que a veces puede no ser bien recibido por una parte del grupo o provocar roces. Es normal. Tuvimos gran aceptación entre los juveniles, que nos manifestaron que en nuestro ciclo contaron con varias oportunidades para mostrarse. Se les trató de inculcar conceptos para generar un cambio y encontramos receptividad en la mayoría.
-¿Por qué los procesos terminan tan mal en Temperley en el último tiempo?
-El problema es que la dirigencia no tiene autoridad para tomar decisiones firmes. Lo que sucedió con nosotros fue producto de una medida apresurada. Nosotros asumimos un día antes de jugar ante Sportivo Italiano y, en el último de los 7 partidos del ciclo, ante Defensores de Belgrano, merecimos un mejor resultado. Tan así fue esto, que ellos consiguieron la victoria con un contraataque nacido de una equivocación propia en ataque.
-¿Cuánto influyó no haber podido jugar de local en el estadio “Beranger”?
-Tuvo una influencia decisiva. No es lo mismo mudarse a otra cancha o jugar sin el público que aliente. Las pequeñas diferencias entre los equipos terminan de equipararse cuando suceden estas cosas. Además, fue clave la ausencia de Ignacio Fernández (N.d.R.: se lesionó en la derrota con San Telmo, en el último encuentro del ciclo de Guillermo Duró), que recién reapareció frente a Defensores de Belgrano. Hubo un compromiso general para sacar esto adelante, pero tampoco podíamos hacer magia.
-¿Qué recuerdos te llevas de tu paso por Temperley?
-Es un club fantástico. No merece pasar por este mal momento. Ojalá que se pueda dar una unión entre todas las partes para llevarlo al lugar que merece y así esbozar un crecimiento. Barcelona logró su identidad gracias a los valores que pregona. Siempre hay que imitar los ciclos exitosos.
Por Carlos Voss.
-Fue producto del estado de anarquía que hoy impera en el club. Los dirigentes creyeron que tanto Ricardo Rezza (N.d.R.: cumplía funciones de manager) como yo íbamos a hacer magia para sacar a Temperley de esta situación. Sucedió lo mismo con Tanucci y con Duró. No cuentan con un plan, ni un proyecto, y sí existe mucha improvisación. Si un ciclo de derrotas se prolonga durante un año es debido a que suceden cosas graves. Es complicado zafar de la situación si persiste el problema. Probablemente, sea una cuestión de falta de experiencia de los que están a cargo de la institución.
-¿Qué te plantearon los dirigentes?
-Me dijeron que no se habían cumplido los objetivos. Es paradójico, porque ya teníamos un conocimiento pleno del plantel y no era momento para cambiar de timón. Sabíamos en las posiciones donde podíamos utilizar a cada jugador. Considero que es un error echar a un técnico cuando el torneo entra en receso, porque de esa manera se le coloca una mochila gigante al futuro entrenador para que resuelva todo en 20 partidos. Estoy convencido que la situación iba a mejorar. Igualmente, de esta dirigencia no me sorprende nada.
-Hubo rumores respecto a roces en la relación con el plantel, ¿qué podes decir respecto a eso?
-Como sucede en la convivencia de cualquier grupo humano, es imposible ser amigo de todos los componentes del plantel. Desde el mismo momento que llegamos intentamos trasladarles algunos conceptos nuevos, lo que a veces puede no ser bien recibido por una parte del grupo o provocar roces. Es normal. Tuvimos gran aceptación entre los juveniles, que nos manifestaron que en nuestro ciclo contaron con varias oportunidades para mostrarse. Se les trató de inculcar conceptos para generar un cambio y encontramos receptividad en la mayoría.
-¿Por qué los procesos terminan tan mal en Temperley en el último tiempo?
-El problema es que la dirigencia no tiene autoridad para tomar decisiones firmes. Lo que sucedió con nosotros fue producto de una medida apresurada. Nosotros asumimos un día antes de jugar ante Sportivo Italiano y, en el último de los 7 partidos del ciclo, ante Defensores de Belgrano, merecimos un mejor resultado. Tan así fue esto, que ellos consiguieron la victoria con un contraataque nacido de una equivocación propia en ataque.
-¿Cuánto influyó no haber podido jugar de local en el estadio “Beranger”?
-Tuvo una influencia decisiva. No es lo mismo mudarse a otra cancha o jugar sin el público que aliente. Las pequeñas diferencias entre los equipos terminan de equipararse cuando suceden estas cosas. Además, fue clave la ausencia de Ignacio Fernández (N.d.R.: se lesionó en la derrota con San Telmo, en el último encuentro del ciclo de Guillermo Duró), que recién reapareció frente a Defensores de Belgrano. Hubo un compromiso general para sacar esto adelante, pero tampoco podíamos hacer magia.
-¿Qué recuerdos te llevas de tu paso por Temperley?
-Es un club fantástico. No merece pasar por este mal momento. Ojalá que se pueda dar una unión entre todas las partes para llevarlo al lugar que merece y así esbozar un crecimiento. Barcelona logró su identidad gracias a los valores que pregona. Siempre hay que imitar los ciclos exitosos.
Por Carlos Voss.