“ESTE AÑO EN TEMPERLEY FUE LO MEJOR
QUE ME PASÓ EN MI VIDA DEPORTIVA”
QUE ME PASÓ EN MI VIDA DEPORTIVA”
Javier Madero lleva sobre sus espaldas una prolongada carrera en el básquet y es respetado por compañeros y adversarios. El capitán de Temperley tuvo un gran ascendente dentro del grupo que consiguió el ascenso a la “A” de la Federación Regional de Capital Federal, y que se apresta a disputar el jueves la final del torneo frente a Caza y Pesca, en River (jueves 22, a las 21). Madero realizó un análisis de la campaña, señaló las virtudes del grupo y comienza a vislumbrar qué características podría llegar a tener el campeonato de Primera “A”.

-Realizaron una campaña inolvidable, con números que hablan por sí solos, demostrando quién fue el mejor equipo…-Para saber si somos el mejor equipo hay que ganarle la final el jueves a Caza y Pesca. El título forma parte de los planes y objetivos previos, pese a haber logrado ya el ascenso. Con el equipo que se formó la idea es salir campeones. Fue un gran año, en el que se nos cumplieron todos los sueños. Conseguimos mucho más de lo que habíamos imaginado, lo que nos llenó de satisfacción.
-Demostraron también que en una categoría difícil, con canchas complicadas, se pueden conseguir objetivos jugando buen básquet…-Eso tiene que ver con la confianza. A medida que fueron pasando los partidos, nos fuimos dando cuenta, sobre todo los más chicos, que había equipo para ganar en cualquier cancha. Si a la confianza se le agrega envión, después es complicado detener la ola. La realidad es que perdimos 3 partidos durante el año, todos por escaso margen, incluido el de Wilde por los play-off. Además, es un plantel de mucha calidad, lo que te da la posibilidad de salir a buscar el triunfo en todas las canchas. Esa fue la fórmula del éxito.
-¿El cotejo desquite ante Wilde en play-off lo perdieron más por errores propios que por méritos del rival?-Después de ese partido, charlábamos con Hernán Lewin (N.d.R.: uno de los responsables del básquet de Temperley), respecto a que lo teníamos dominado y encima ellos se habían quedado sin sus dos mejores jugadores por faltas. En un momento sufrimos miedo escénico, cometimos varios errores y empezó a influir la presión por la gente que había ido a acompañarnos y lo que estaba en juego. Empezamos a perder pelotas, no convertimos los lanzamientos y el tamaño reducido de la cancha de Wilde también contribuyó, ya que presionaron al estar contra las cuerdas. A falta de 5 minutos para el final, los hinchas invadieron el terreno para increpar a los árbitros, que a partir de ese momento comenzaron a inclinar el desarrollo. En el último cuarto anotamos solamente 4 puntos, la peor producción de la temporada. Se lo entregamos servido en bandeja. Si los enfrentamos 10 veces más, no nos vuelven a ganar.
-Marcaste un triple decisivo en el último juego con Wilde, que sirvió para aumentar el marcador…-Sirvió para frenar la ola de Wilde. Pero lo que más nos dio fortaleza como equipo durante todo el año fue la defensa. Su trabajo no se nota demasiado, pero hizo que Wilde anotara solamente 58 puntos. Se defendió muy duro en momentos críticos, con marcada solidez. Eso otorga una gran tranquilidad, ya que estando en un nivel normal en ataque, el partido casi siempre termina a nuestro favor. Mi triple levantó a la gente, pero la firmeza en la retaguardia fue el mayor mérito.
-¿Cuáles fueron las virtudes del grupo a lo largo de este año?-Considero que dos: la enorme calidad y profesionalismo de los jugadores y el staff técnico, y la calidad humana. Este grupo no tuvo un solo problema de convivencia durante el año, más allá de que contribuyó haber ganado 30 de los 33 encuentros disputados. Yo conozco desde hace mucho tiempo a varios de mis compañeros y gente del cuerpo técnico y sabía que iba a ser así. Todos tiramos para adelante, con mucha alegría. Nos da placer entrenar y juntarnos después. En la última etapa. Mariano Nóbile, que es un obsesivo de este deporte, programó prácticas para los fines de semana y pese a que todos tenemos otras obligaciones, veníamos a hacerlo con satisfacción. El armado del grupo tuvo que ver para generar la armonía reinante. Somos un grupo de amigos.
-¿Qué partido destacás de la campaña?-Una victoria importante fue ante San Lorenzo de Almagro como local. Faltando un minuto perdíamos por 8 puntos y lo dimos vuelta a pura defensa. Eso nos demostró la fortaleza como equipo. Otros, en similares circunstancias, terminan entregando los puntos. Esa noche, en cambio, el entrenador no colocó a los juveniles y seguimos enfocados con intensidad para quedarnos con la victoria. Ahí me di cuenta que iba a ser complicado que nos ganaran. Asimismo, salimos adelante pese a las lesiones, a ser un plantel corto y a jugar seguido.
-¿Cómo es el torneo de Primera “A”?-Es un campeonato raro. Los equipos se refuerzan durante la primera mitad del año con jugadores que vienen de actuar en liga, lo que lo transforma en competitivo y casi equiparado con una liga B. Pero, a mitad de temporada, cuando aquellos jugadores retornan a sus clubes de origen, baja la calidad, a un nivel hasta quizás inferior al de la “B” que acabamos de disputar. Como ejemplo, está el caso de la victoria que conseguimos ante River por 20 puntos, en la inauguración de la tribuna “Centenario”, y los de Núñez llegaron a los cuartos de final de la “A”. Es un torneo limpio y más lindo que el de la “B”, con menos lucha y mejor nivel de arbitrajes y estadios. No creo que suframos una gran diferencia entre ambas categorías.
-¿Qué cosas hay que saber de Caza y Pesca, el otro finalista?-Mucho no sabemos porque no jugamos aún contra ellos. Mariano (Nóbile) fue a ver un partido y los tiene estudiados. También conseguí información a partir de amigos de otros equipos. Cuentan con un pivote grande y un equipo bien definido, con un jugador por cada puesto. A su vez, posee un equilibrio en todas las posiciones. Será una final que se jugará con el corazón y debemos mentalizarnos para defender muy duro. Mi sensación es que tenemos el mejor plantel. Nuestra ventaja sobre el resto de los equipos es la cantidad de gente que nos sigue a todas las canchas y contribuye con su empuje. Nunca en mi vida me imaginé la fiesta que tuvimos con posterioridad al ascenso frente a Wilde. Por eso, quiero agradecerle a mi gran amigo de la vida y del deporte, Lucas Viva, por haberme convencido de venir a jugar a Temperley. En el plano deportivo, fue el mejor año de mi vida, sin dudarlo.
Por Carlos Voss.
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-Realizaron una campaña inolvidable, con números que hablan por sí solos, demostrando quién fue el mejor equipo…-Para saber si somos el mejor equipo hay que ganarle la final el jueves a Caza y Pesca. El título forma parte de los planes y objetivos previos, pese a haber logrado ya el ascenso. Con el equipo que se formó la idea es salir campeones. Fue un gran año, en el que se nos cumplieron todos los sueños. Conseguimos mucho más de lo que habíamos imaginado, lo que nos llenó de satisfacción.
-Demostraron también que en una categoría difícil, con canchas complicadas, se pueden conseguir objetivos jugando buen básquet…-Eso tiene que ver con la confianza. A medida que fueron pasando los partidos, nos fuimos dando cuenta, sobre todo los más chicos, que había equipo para ganar en cualquier cancha. Si a la confianza se le agrega envión, después es complicado detener la ola. La realidad es que perdimos 3 partidos durante el año, todos por escaso margen, incluido el de Wilde por los play-off. Además, es un plantel de mucha calidad, lo que te da la posibilidad de salir a buscar el triunfo en todas las canchas. Esa fue la fórmula del éxito.
-¿El cotejo desquite ante Wilde en play-off lo perdieron más por errores propios que por méritos del rival?-Después de ese partido, charlábamos con Hernán Lewin (N.d.R.: uno de los responsables del básquet de Temperley), respecto a que lo teníamos dominado y encima ellos se habían quedado sin sus dos mejores jugadores por faltas. En un momento sufrimos miedo escénico, cometimos varios errores y empezó a influir la presión por la gente que había ido a acompañarnos y lo que estaba en juego. Empezamos a perder pelotas, no convertimos los lanzamientos y el tamaño reducido de la cancha de Wilde también contribuyó, ya que presionaron al estar contra las cuerdas. A falta de 5 minutos para el final, los hinchas invadieron el terreno para increpar a los árbitros, que a partir de ese momento comenzaron a inclinar el desarrollo. En el último cuarto anotamos solamente 4 puntos, la peor producción de la temporada. Se lo entregamos servido en bandeja. Si los enfrentamos 10 veces más, no nos vuelven a ganar.
-Marcaste un triple decisivo en el último juego con Wilde, que sirvió para aumentar el marcador…-Sirvió para frenar la ola de Wilde. Pero lo que más nos dio fortaleza como equipo durante todo el año fue la defensa. Su trabajo no se nota demasiado, pero hizo que Wilde anotara solamente 58 puntos. Se defendió muy duro en momentos críticos, con marcada solidez. Eso otorga una gran tranquilidad, ya que estando en un nivel normal en ataque, el partido casi siempre termina a nuestro favor. Mi triple levantó a la gente, pero la firmeza en la retaguardia fue el mayor mérito.
-¿Cuáles fueron las virtudes del grupo a lo largo de este año?-Considero que dos: la enorme calidad y profesionalismo de los jugadores y el staff técnico, y la calidad humana. Este grupo no tuvo un solo problema de convivencia durante el año, más allá de que contribuyó haber ganado 30 de los 33 encuentros disputados. Yo conozco desde hace mucho tiempo a varios de mis compañeros y gente del cuerpo técnico y sabía que iba a ser así. Todos tiramos para adelante, con mucha alegría. Nos da placer entrenar y juntarnos después. En la última etapa. Mariano Nóbile, que es un obsesivo de este deporte, programó prácticas para los fines de semana y pese a que todos tenemos otras obligaciones, veníamos a hacerlo con satisfacción. El armado del grupo tuvo que ver para generar la armonía reinante. Somos un grupo de amigos.
-¿Qué partido destacás de la campaña?-Una victoria importante fue ante San Lorenzo de Almagro como local. Faltando un minuto perdíamos por 8 puntos y lo dimos vuelta a pura defensa. Eso nos demostró la fortaleza como equipo. Otros, en similares circunstancias, terminan entregando los puntos. Esa noche, en cambio, el entrenador no colocó a los juveniles y seguimos enfocados con intensidad para quedarnos con la victoria. Ahí me di cuenta que iba a ser complicado que nos ganaran. Asimismo, salimos adelante pese a las lesiones, a ser un plantel corto y a jugar seguido.
-¿Cómo es el torneo de Primera “A”?-Es un campeonato raro. Los equipos se refuerzan durante la primera mitad del año con jugadores que vienen de actuar en liga, lo que lo transforma en competitivo y casi equiparado con una liga B. Pero, a mitad de temporada, cuando aquellos jugadores retornan a sus clubes de origen, baja la calidad, a un nivel hasta quizás inferior al de la “B” que acabamos de disputar. Como ejemplo, está el caso de la victoria que conseguimos ante River por 20 puntos, en la inauguración de la tribuna “Centenario”, y los de Núñez llegaron a los cuartos de final de la “A”. Es un torneo limpio y más lindo que el de la “B”, con menos lucha y mejor nivel de arbitrajes y estadios. No creo que suframos una gran diferencia entre ambas categorías.
-¿Qué cosas hay que saber de Caza y Pesca, el otro finalista?-Mucho no sabemos porque no jugamos aún contra ellos. Mariano (Nóbile) fue a ver un partido y los tiene estudiados. También conseguí información a partir de amigos de otros equipos. Cuentan con un pivote grande y un equipo bien definido, con un jugador por cada puesto. A su vez, posee un equilibrio en todas las posiciones. Será una final que se jugará con el corazón y debemos mentalizarnos para defender muy duro. Mi sensación es que tenemos el mejor plantel. Nuestra ventaja sobre el resto de los equipos es la cantidad de gente que nos sigue a todas las canchas y contribuye con su empuje. Nunca en mi vida me imaginé la fiesta que tuvimos con posterioridad al ascenso frente a Wilde. Por eso, quiero agradecerle a mi gran amigo de la vida y del deporte, Lucas Viva, por haberme convencido de venir a jugar a Temperley. En el plano deportivo, fue el mejor año de mi vida, sin dudarlo.
Por Carlos Voss.
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